El abogado Octavio M. Rivera Bujosa es el primero en señalar que las claves de su éxito profesional parten de su origen y de los extraordinarios abogados litigantes que la vida le ha dado la oportunidad de conocer y aprender.

Octavio nació en Zaragoza, España y es natural de las montañas de Utuado, Puerto Rico, donde creció escuchando anécdotas del gran abogado criminalista de esa época: Don Tomás Torres Cortés. Octavio es ciudadano americano, español y boricua de corazón. Su abuela, Blanca Ligia Casellas Blanco era la dueña del Teatro San Miguel en Utuado, Puerto Rico. Fue en ese teatro, a la edad de 12 años mientras veía la película And Justice for All interpretada por el gran Al Pacino que Octavio descubrió la razón de su lucha ¡Justicia para todos, por igual!

En el año 1985, Octavio se gradúa de la American Military Academy en Guaynabo, Puerto Rico y comienza estudios en la Universidad de Wisconsin en Madison, Wisconsin, donde obtiene su bachillerato en Finanzas. Ya para ese entonces, su madre Doña Tata Bujosa se había casado con el mejor abogado criminalista que Octavio ha conocido: Carlos C. Coll Carpintero, mejor conocido como Charlie Coll.

Charlie Coll fue el primer gran Maestro de Octavio a quien compara con el abogado americano Melvin Belli, por su increíble visión de lo que es la litigación en Corte, la importancia y presentación de la evidencia demostrativa, así como su obsesión con la investigación, preparación y visualización de lo que se pretende probar durante el juicio.

En el año 1993, mientras estudiaba Derecho en la Pontificia Universidad Católica en Ponce, Puerto Rico, Octavio es bendecido, como él dice, con la oportunidad de trabajar como Law Clerk para otro gran abogado criminalista, el Licenciado José Ángel “Chiro” Cangiano. Para Octavio, Chiro es el mejor estratega de todos los abogados criminalistas de los que ha tenido la oportunidad de aprender.

En el año 1996, Octavio juramenta como abogado y comienza a laborar en la ciudad de San Juan, Puerto Rico para la Sociedad para la Asistencia Legal, representando personas de escasos recursos que no tenían los medios económicos para contratar un abogado que los representara en el proceso criminal. Es en esa época que Octavio conoce y aprende de otro extraordinario abogado, el
Lcdo. Federico Rentas Rodríguez. Rentas dedicó gran parte de su carrera profesional a luchar contra los políticos en Puerto Rico en ánimo de proteger y garantizarle a las personas de escasos recursos, el acceso a una representación legal adecuada y competente.

En el año 1997, Octavio se muda a la ciudad de Ponce, Puerto Rico, a la cual Octavio llama la cuna de los grandes abogados litigantes, por la gran cantidad de abogados de alto calibre que litigaban en las cortes de Ponce en esa época. De esa gama de abogados criminalistas, el mejor se llama José Enrique Ayoroa Santaliz. Ayoroa pasó a ser uno de los principales mentores de Octavio, no sólo como abogado litigante sino todavía mas importante, como abogado honesto y correcto. Ayoroa representa para Octavio el nivel ético más alto y el compromiso más genuino con los derechos fundamentales de las personas, que algún abogado pueda alcanzar.

Otra persona que tuvo una gran influencia en el desarrollo profesional de Octavio fue el señor Maximino Rivera Laporte. Max, como Octavio le llama, era un investigador de alto nivel con unos instintos increíbles y un orgullo profesional sin comparación. Para Octavio, Max fue la pieza clave en el éxito profesional alcanzado por Octavio en esa época.

En el año 2000, Octavio es admitido a la Corte Federal para el Distrito de Puerto Rico donde tiene el privilegio de conocer otro gran abogado, el Lcdo. José R. Aguayo Caussade. Aguayo pasó a ser el principal mentor de Octavio en la práctica Federal. Según Octavio, fue el Lcdo. Aguayo quien le llevó a reconocer la diferencia que existe entre la litigación en la Corte Federal y la de los Estados. Reconocimiento, que le facilitó a Octavio la transición desde la práctica Estatal hacia la litigación Federal.

El abogado Octavio M. Rivera Bujosa solamente lleva casos criminales y de inmigración. Su práctica envuelve todo aspecto de litigio, incluyendo juicios criminales, apelaciones, procedimientos de extradiciones desde Colombia, San Martín y otros lugares del mundo y confiscaciones de dinero o propiedades.

Por su amplia y especializada práctica, el abogado Octavio M. Rivera Bujosa ha representado durante los últimos 24 años clientes en casos criminales en las siguientes Cortes de Distrito Federal: “United States District Court Southern District of Texas”, “United States District Court Northern District of Texas”, “United States District Court District of Puerto Rico”, “United States District Court Middle District of Florida” en Tampa, Florida; “U.S. District Court Southern District of Florida” en Miami, Florida; “U.S. District Court Central District of California” en Los Ángeles, California; “U.S. District Court Western District of Arkansas” en Hot Spring, Arkansas.

En los últimos 9 años el abogado Octavio M. Rivera Bujosa ha establecido como prioridad de su firma, la defensa de la comunidad latina contra las agendas políticas antiinmigrantes. Por esa razón, Octavio ha dedicado gran parte de los recursos de su firma a defender la comunidad hispana en los procesos de deportación o remoción ante las cortes de inmigración y en los procesos apelativos ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, Board of Immigration Appeals o BIA.

El licenciado Octavio M. Rivera Bujosa ha llevado todo tipo de litigio criminal en las cortes estatales y federales de los Estados Unidos, incluyendo casos en donde el cliente ha sido acusado de un delito de asesinato en primer grado, homicidio vehicular, crímenes de cuello blanco, DWI, asalto familiar, transportar personas indocumentadas, conspiraciones, drogas, lavado de dinero entre otras. También ha representado personas en diversos estados de los Estados Unidos y en las Cortes de Inmigración para evitar su deportación.